Esta es una pregunta que causa mucha inquietud entre los cristianos y necesita ser respondida de manera clara.
Las personas tienen problemas causados por los demonios. Podemos verlo en el ministerio del Señor Jesús y de sus discípulos. Dondequiera que predicaban encontraban personas afligidas por espíritus inmundos que necesitaban liberación.
Jesús
Mt. 8:16
16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;
Pedro
Hch 5:16
16 Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados.
Felipe
Hch 8:7
7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;
Pablo
Hch 19:12
12 de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían.
Había tres áreas de necesidad que se tocaban en la predicación del evangelio:
· La salvación del alma
· La sanidad del cuerpo
· La liberación de espíritus inmundos.
No podemos decir que toda la gente tenga demonios, pero sí podemos decir que mucha gente tiene problemas causados por demonios y necesita ser liberada.
La efectividad de la iglesia de los Hechos era que atacaba el problema desde el principio de manera que los nuevos creyentes podían vivir en completa libertad.
El problema con la predicación moderna es que nos hemos limitado a predicar la salvación del alma y hemos olvidado la sanidad del cuerpo y la liberación de demonios. En consecuencia, muchos cristianos viven agobiados por enfermedades y por opresiones demoniacas. Algunos traen el problema desde antes de recibir la salvación. Otros, ya siendo cristianos, le han abierto la puerta a la actividad demoniaca de manera deliberada. Ellos necesitan sanidad y liberación.
¿Cómo podemos identificar la actividad demoniaca en una persona, ya sea creyente o no?
En la Escritura podemos ver que los espíritus malos:
· Provocan enfermedades - Lc. 7:21
· Provocan conductas dañinas con la intensión de matar a la persona – Mr. 9:22
· Causan enfermedades prolongadas que parecen incurables – Lc. 13:11-13
· Oprimen a través de diversas enfermedades – Hch. 10:38
· Derriban y sacuden con violencia a la persona – Lc. 9:42
· Atormentan gravemente a las personas – Mt. 15:22; Hch. 5:16
· Otorgan poderes de adivinación – Hch. 16:16
· Apartan a los creyentes con engaños y doctrinas falsas – 1 T. 4:1
· Niegan la deidad y humanidad de Jesús – 1 Jn. 4:3
· Promueven una vida de fornicación – Os. 4:12
· Cierran el oído para que la persona no pueda escuchar la voz de Dios – 1 Jn. 4:6
· Causan estupor: la persona tienen ojos pero no puede ver y oídos pero no puede oír - Ro. 11:8
· Roban la semilla de la palabra de Dios – Mt. 13:4,19
· Conducen a vivir en condenación y en lazo del diablo – 1 T. 3:6-7
· Conducen a vivir en cautividad y ataduras – 2 T. 2:26
· Estorban la obra del ministerio – 1 Tes. 2:18
· Promueven la idolatría – 1 Co. 10:19-21
En el libro “Echarán fuera demonios”, Derek Prince, dice que las actividades más características de los demonios son:
1. Seducen a las personas a hacer el mal.
2. Acosan a la persona buscando una oportunidad para entrar en él y tomar el control.
3. Torturan de forma física (artritis), mental (temores) o espiritual (acusando de haber cometido el pecado imperdonable).
4. Provocan comportamientos compulsivos: tabaco, alcohol, drogas, comida, hablar en exceso.
5. Esclavizan, particularmente en el área sexual, la masturbación, la fornicación, el adulterio.
6. Causan adicciones. Vivir dominado por cosas que nos hacen daño: Pornografía, televisión, redes sociales, drogas, café, refrescos.
7. Corrompen la mente con pensamientos e imágenes sucios y corrompen la boca con palabras obscenas y blasfemias.
8. Engañan, menospreciando la santidad de Dios, atacando la persona de Cristo, quitándole autoridad a las Escrituras.
9. Atacan el cuerpo con cansancio crónico o somnolencia antinatural.
No quiero decir que todas las personas tengan demonios ni que todos los problemas sean causados por demonios, pero sí quiero decir que los demonios están trabajando activamente para cumplir el propósito del diablo de robar, matar y destruir.
Necesitamos predicar el evangelio completo como lo hacían Jesús y los apóstoles y debemos buscar el discernimiento del Espíritu Santo para identificar y echar fuera a los demonios en el nombre de Jesús.
Jesús nos dio la autoridad para hacerlo:
Lc. 9:1
1 Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades.
Mr. 16:17
17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
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