Proverbios 17:8 dice: “El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da prospera! (NTV) ¿Quiere decir que el soborno es bueno?
El problema de la corrupción, ligado al soborno, es, quizá, el problema más grande que sufre México. El soborno, conocido popularmente como “la mordida”, va desde el pago que le hace un conductor al agente de tránsito para no pagar una multa, hasta los sobornos multimillonarios que por años se han conocido a través de videos en los que políticos, empresarios y narcotraficantes entregan cuantiosas sumas de dinero para obtener beneficios inmensos ilegalmente.
La “mordida” es una suma de dinero, cosas o servicios, que se le ofrecen a una persona que tiene la capacidad de brindarnos alguna ayuda o beneficio de forma deshonesta.
En México se dice que “la corrupción somos todos”, aunque por lo general no nos gusta hablar de corrupción y sobornos, por lo que tenemos muchos términos alternos como: transa, moche, movida, palanca, arreglo, cooperación. Una expresión frecuente es: ¿Cómo nos arreglamos?
La Biblia prohíbe dar o recibir sobornos
Porque el soborno:
Ciega hasta a las personas, especialmente a las autoridades, para que hagan como que no ven el mal.
Pervierte las palabras para faltar a la verdad.
Perjudica a personas inocentes y beneficia a los malvados.
Pervierte el sistema de justicia y tuerce el derecho.
(Ver Éx. 23:8; Dt. 16:19; Dt. 27:25; Pr. 29:4)
Promesas
También podemos encontrar en la Escritura promesas para quienes evitan el soborno:
Quien aborrece el soborno tendrá una vida bendecida – Pr. 15:27)
Quien no admite sobornos contra el inocente no resbalará jamás – Sal. 15:5
Buenos ejemplos
Algunos personajes en la Biblia nos dejaron excelentes ejemplos:
Samuel, el profeta, tuvo un testimonio irreprensible pues nunca aceptó sobornos – 1 S. 12:3
Pablo, el apóstol, tuvo un testimonio intachable pues nunca codició nada de nadie – Hch. 20:33
Cuando Pablo estaba en la cárcel pudo salir si le hubiera dado un soborno a Felix, pero nunca lo aceptó – Hch. 24:26
Malos ejemplos
Lamentablemente, los malos ejemplos son los que más abundan:
Dalila fue sobornada para traicionar a Sansón – Jue. 16:5
Hamán sobornó al rey para condenar a los judíos en el tiempo de Ester – Est. 3:9
Judas fue sobornado para traicionar a Cristo – Mt. 26:14-16
Los soldados fueron sobornados para que dijeran que los discípulos se habían robado el cuerpo de Jesús, después de la resurrección – Mt. 28:12
Esteban fue apedreado por causa de testigos sobornados – Hch. 6:11
Las autoridades del pueblo de Israel fueron reprendidas frecuentemente por los profetas a causa de su deshonestidad. Eran “compañeros de ladrones; cada uno ama el soborno y corre tras las dádivas. No defienden al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda”. “Justifican al impío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho” (Is. 1:23; 5:23; Am. 5:12). Cualquier parecido con los gobernantes mexicanos es mera coincidencia.
Definitivamente, la Biblia condena el soborno.
Entonces, ¿cómo entendemos lo que dice Proverbios 17:8?
“El soborno es como tener un amuleto de la suerte; ¡el que lo da prospera!
Eso es lo que piensa quien ofrece sobornos. Le parece que es como un amuleto de la suerte, como una varita mágica. Siente que puede lograr lo que quiera, aunque sea injusto. Siente que el soborno es la clave para enriquecerse sin medida. En México lo decimos así: “Poderoso caballero es don dinero”.
No se trata entonces de una licencia para dar o recibir sobornos sino más bien es una fuerte crítica a quien lo practica.
¿Quién usaría un amuleto de la suerte o una varita mágica? ¿Un creyente temeroso de Dios? ¡No!
Lo usaría un pagano, una persona sin temor de Dios.
¿Hay algún caso en el que dar un regalo puede ser bueno?
Sí, hay muchas buenas razones para dar una dádiva o regalo a una persona cuando el fin que se busca es honesto, como cuando:
Se da un regalo sin esperar nada a cambio.
Se da una dádiva para honrar a la persona.
Se da un presente para agradecer una ayuda recibida.
Se da un regalo para bendecir a otra persona.
Se da una dádiva para facilitar algún trámite de manera lícita y honesta.
Se da un regalo para buscar la reconciliación y la paz con otra persona.
Se da un regalo por el nacimiento, cumpleaños, boda, aniversario de alguien.
En estos casos, no se ahorren los regalos (Ver Pr. 18:16; 21:14; Mt. 2:11).
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